Nina y Nano eran dos hermanos mellizos de 10 años, siempre iban juntos a todas partes, estaban en el mismo curso, estudiaban y compartían los quehaceres que a su edad les correspondía, nunca peleaban, siempre se cuidaban y se defendían mutuamente. Tenían un hermano mayor al que le encantaba practicar atletismo, sin embargo, a ellos les gustaba pasear en bicicleta.
Ese día, era el primer Domingo de Enero. Nina, Nano, Tomás el hermano mayor, y sus padres acababan de cambiarse de casa a un lugar muy bonito rodeado de árboles y muchos jardines, era la “Villa Bosque Verde”. Obviamente había una gran variedad de árboles y también cerca de allí había un humedal, lo cual, era toda una novedad para los niños, pues nunca habían visitado un humedal.
Los niños estaban de vacaciones de verano, por lo tanto, se levantaron muy temprano y caminaron hasta el lugar, cuando llegaron allí se fijaron en un cartel que decía: “El 2 DE FEBRERO ES EL DÍA NACIONAL DE LOS HUMEDALES, CUIDEMOS EL NUESTRO. ¡NO LO ENSUCIEMOS! Mientras paseaban por el lugar vieron muchísimos insectos de colores y estuvieron muy cerquita de: cisnes, castores, patos, gansos, peces y muchas aves migratorias, además de una gran cantidad de pájaros que habían hecho sus nidos en árboles cercanos al lugar, entre ellos divisaron loicas, tordos, gorriones, chercanes, tórtolas, queltehues, palomas torcazas, tórtolas cuyanas, etc., Los hermanos que eran muy respetuosos de la naturaleza estaban maravillados de ver tantas y variadas especies de animales tan cerca, así que, tomaron algunas fotografías para mostrarle a sus padres. Mientras almorzaban le preguntaron a Tomás: - ¿Cuál es la importancia de los Humedales y Por qué tenemos que cuidarlos? El muchacho respondió: - Los humedales sirven para preservar la biodiversidad en la conservación de las especies y para la purificación del agua dulce. ¡Ah! Y también permiten controlar los aluviones. Luego agregó: - Los humedales son ecosistemas naturales que debemos cuidar y respetar. Tenemos mucha suerte que cerca de este conjunto habitacional podamos disfrutar de un lugar tan hermoso. Tenemos la obligación de comprometernos a cuidar la fauna que posee este santuario natural de la naturaleza.
Pasaron algunas semanas…
Un día los niños leyeron en el diario la siguiente noticia:
Internacional |
MAMÁ
PLUMERO. Ardua lucha de los veterinarios para
salvar crías de flamencos. En el Humedal Kanfers, ubicado en Cabo
Norte en Sudáfrica, más de 10.000 crías de flamencos fueron abandonados por
sus padres debido a la gran sequía que acabó con el humedal en esta localidad
de Sudáfrica. Los
veterinarios trataron de salvar la mayor cantidad de polluelos alimentándolos
con cereales, sardinas, huevos, langostinos y suplementos vitamínicos. Y,
para que las pequeñas crías sintieran la presencia de sus madres colocaron
“plumeros” dentro de sus jaulas, también instalaron una luz infrarroja para
que se mantuvieran calientitos durante todo el tiempo. Con
esta cruzada de amor y los permanentes cuidados de los veterinarios se logró
salvar más de la mitad de las crías que luego fueron trasladadas cerca de un
lago, rescatando así un gran número de ejemplares de esta hermosa especie de
ave silvestre. El Humedal Kanfers, se extinguió para siempre. |